COVID-19 conduce a problemas financieros

Imelda Rodríguez y Fabiola Jáuregui de origen mexicano son propietarias de Nenas Gelatinas, una pequeña empresa de panadería y catering en Compton, California. Su negocio, que se especializa en pasteles y gelatinas, tuvo que cerrar debido a COVID-19 dejando a las hermanas con problemas financieros durante meses.

Foto cortesía de Nenas Gelatinas

Foto cortesía de Nenas Gelatinas

“Desgraciadamente, por el COVID-19, tuvimos que cerrar nuestro negocio que gracias a Dios estábamos haciendo bastante bien, pero primero viene la salud de uno: aunque siendo sensata, nos trajo muchos problemas”, Jáuregui dijo. 



Dado que es importante mantener una distancia de seis pies entre cada individuo, cualquier evento festivo o reunión social se ha pospuesto. Esto afectó al negocio y las llevó a la decisión de cerrar. 



Según la Investigación Pew, debido al coronavirus, los Estados Unidos ha reportado la mayor pérdida de empleos desde la Gran Depresión. 20.6 millones de puestos de trabajo se han perdido desde mediados de marzo con una tasa de desempleo del 14.7%. La comunidad latina está en el 29% de personas que han perdido sus empleos. 



La familia de las hermanas dependen de los ingresos económicos de su negocio para poder mantenerse. Con la situación actual están enfrentando dificultades para completar el dinero para comida, servicios públicos y hasta el alquiler. La familia de Rodríguez está compuesta por cuatro y la familia de Jáuregui por cinco. 



Antes de la pandemia, su negocio ganaba un promedio de $3.000 cada dos semanas. Cada familia tenía un cheque $1.200 o más. El resto del dinero se utilizaban para suministros. Pero a medida que las regulaciones para quedarse en casa comenzaron a implementarse, sus cheques comenzaron a disminuir a $1.000. Sus clientes también comenzaron a desaparecer a pesar de las promociones en Facebook.



Cuando empezó la cuarentena, a las dos hermanas les pareció una buena idea. Ellas lo vieron como un descanso ya que trabajaban todos los fines de semana desde las 7 de la mañana hasta la medianoche para cumplir con todos los pedidos. Rodríguez especialmente lo vio como una necesidad ya que tiene diabetes y se arriesga a infectarse con el virus. 



“Honestamente, cuando comenzamos con la cuarentena, si me puse súper estricta con toda mi familia de que no salieran y no recibieran visitas: de que cuando salieran y regresaran les diera un baño con desinfectante. [Pero] me sirvió como vacaciones de trabajo ya que llevamos varios fines de semana sin descansar. Después de un mes, la necesidad empezó a entrar por la venta”, dijo Rodriguez.




Después de semanas de dificultades financieras, al hijo mayor de Rodríguez, William Rodríguez, se le ocurrió la idea de traer de vuelta el negocio. En lugar de que los clientes vinieran a su casa para recibir el pedido ellos los entregarían. Jáuregui haría la entrega sin entrar a la casa de Rodríguez. Aunque esto parecía una gran idea, sus clientes habían desaparecido.



“Cuando volvimos por segunda vez, fue difícil porque apenas teníamos conexiones sin clientes”, indicó Jáuregui.



Pero a pesar de todo, no se rindieron, subieron pequeños pasteles en su página de Facebook y comenzaron a promocionar su “especial del día” con la información de que harían entregas a las puertas de los clientes.



"Fue difícil ver a mi madre luchar financieramente y ver que su negocio no iba tan bien. Sobre todo, porque siempre hacía que pareciera que era culpa suya que el negocio tuviera que cerrar debido a su diabetes cuando en realidad era por COVID-19”, William dijo.



A medida que la cuarentena se prolongaba, los clientes de la empresa comenzaron a aparecer uno tras uno. La gente empezaron a pedir pequeños pasteles. Mientras el tiempo pasaba comenzaron a pedir pasteles más grandes porque los clientes comenzaban a organizar fiestas nuevamente.



“Fue extraño porque al principio, recibimos uno o dos pedidos de pasteles pequeños, pasteles de queso, flanes, chocoflanes. No olvidaré porque esta señora vino a mí y me habló en persona para preparar su pedido y entregué el depósito. Su pedido superó los $200 ”, comentó Jáuregui .



Poco después de que se diera el primer pedido grande, Jáuregui subió las fotos de los pasteles y la tarta en línea. Poco después, sus clientes comenzaron a regresar. Ahora se reservan todos los fines de semanas para trabajar como en los viejos tiempos. Hoy en día, siguen entregando pedidos a los hogares como una forma de mantenerse a salvo ellas y sus familias.

Pastel elaborado por Nenas Gelatinas

Pastel elaborado por Nenas Gelatinas



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