El hábito de comprar cosas usadas
Recientemente la demanda de moda ética y las tiendas de segunda han crecido y para muchos latinx, comprar cosas usadas se ha vuelto una costumbre.
“Mi mamá es mi influencia más grande para comprar cosas usadas”, dijo Ossi Andrade, creadora digital de xicana. “Antes, cuando era niña, me daba mucha vergüenza, pero ella me enseñó que no debía sentir pena de comprar de tiendas de segunda”.
“Mis tías me han influenciado en comprar artículos usados”, dijo Emily Cuesta, fanática de comprar cosas de segunda mano. “También mi mamá me ha inspirado a hacerlo. De hecho es nuestra actividad favorita”.
En los Estados Unidos, según un estudio de Statista, la población hispana y latinxs está creciendo constantemente cada año. Por su gran población, la comunidad hispana y latinx en los Estados Unidos sostiene gran poder económico y el consumidor en general sostiene poder sobre las compañías grandes.
El documental “The True Cost,” explica sobre el impacto que tiene la producción de ropa en el medio ambiente y los humanos. Los dueños de negocios de ropa establecen sus negocios en lugares donde hay mucha pobreza, dado que ahí pueden conseguir mano de obra a bajo costo.
Emily Cuesta es una estudiante de la Universidad Estatal de California, Long Beach y le gusta comprar artículos de segunda mano siempre y cuando estas llamen la atención. Le da felicidad usar las cosas de segunda mano que aún son útiles.
“Mi mamá es fanática de comprar cosas usadas y puede transformar las cosas”, dijo Cuesta.
Tiendas como “Goodwill”, o el “Salvation Army”, son los lugares donde la gente constantemente compra sus artículos de segunda. Las tiendas de segunda han ayudado a muchas personas a comprar lo que necesitan a bajos costos.
“Comprar cosas usadas es la nueva moda”, dijo Andrade.
Andrade creció comprando artículos de segunda y para ella y su familia esto no era una opción, era algo que tenían que hacer. En las tiendas de segunda mano donde iba Andrade y su familia, tenían directorios a lugares donde ofrecían asistencia directamente para comidas calientes y comestibles. También ofrecían ayuda para aplicar para asistencia económica para gente de bajos ingresos.
“Shop Dulce” es una tienda pequeña establecida en Los Ángeles que vende ropa usada y fue creada por dos latinas; Ariam Cerda y su Lydia Ángel.
“Queríamos demostrar que tener estilo no significa que tienes que contribuir a la devastación del medio ambiente como lo hace la ‘moda rápida’'', dijo Cerda.
Hace años que Cerda aprendió sobre el daño que causa la moda rápida al planeta. Ella dice que compraba cosas nuevas constantemente simplemente porque estas eran baratas y solo las usaba algunas veces.
Mercados en línea de vendedores de cosas usadas tal como “Depop”, “Poshmark”, y “ThredUp” han crecido durante los últimos años y la gente puede comprar cosas de segunda mano sin necesidad de salir de la casa.