“El Cheech” Emula el Futuro de las Instituciones de Arte y la Promesa de la Raza
Gente de todos los ámbitos de vida viene a Riverside a visitar el Cheech Marín Centro de Arte y Cultura Chicano. Bautizado con un apodo tan venerado como “El Met”, “El Cheech” es una colaboración del pilar de la comunidad chicana, Cheech Marín, quien donó y prestó más de 500 piezas de su colección privada de artistas chicanos de todo el país.
Al entrar, se nota un lenticular imponente de una imagen de Coatlicue, una diosa Azteca, transformada a un carro estilo “lowrider''. Con detalles que cambian de forma con cada paso que tomes, el muro captura la atención de un visitante casi en un instante, obligándolos a dar una segunda y tercera mirada.
Una visión realizada por hermanos Einar y Jamex De La Torre, el lenticular es solamente una de las elecciones artísticas que sirve para contar la historia de “El Cheech”, que es un concepto que lleva décadas en fabricación.
La directora artística de “El Cheech”, María Esther Fernández, es una de las personas con la responsabilidad de hacer realidad la visión colaborativa del museo.
“Ha sido muy respetuoso de todo [el proceso]'', Fernández nos contó del rol de asesor que Cheech tomó en el desarrollo del museo.
La intención de “El Cheech” no es ser limitado a un escaparate de arte Chicano, sino servir como un espacio de comunidad para la gente de Riverside y los barrios circundantes.
Aparte de la exhibición de los hermanos de la Torre, el segundo piso de “El Cheech” es hogar de un auditorio y un centro de educación para albergar una variedad de cursos para todas las edades.
“Vamos a tener pláticas que no necesariamente van a ser sobre arte, sino la salud, el alojamiento”, dijo Fernández de sus esperanzas para el uso de “El Cheech”.
En los meses y años que vienen, “El Cheech” espera ser un refugio para los que no solamente quieren aprender sobre el arte Chicano, sino ayudar a preservarlo también.
Según Fernández, “El Cheech” se apoya en los hombros de centros culturales de California y los Estados Unidos.
“Ojalá reinventaremos la manera en cómo funcionan los museos, pero definitivamente reconociendo a las organizaciones artísticas que siempre han sido instituciones culturales fuertes en nuestras comunidades”, dijo Fernández.
Uno de los grupos visitando el museo son parte de un paseo escolar de estudiantes artísticos de la escuela secundaria Shadow Hills en Indio, California. Cada estudiante observa los detalles de cada pieza, algunos reconociendo el arte de cosas que han visto en sus propias familias.
“Se siente muy auténtica, me sentí en casa, como decir, ‘Hola Abuela’”, dijo la estudiante de duodécimo grado Natalie Zamora.
Esta emoción es una de las metas de “El Cheech”, que está trabajando en crear internados para estudiantes de nivel secundaria y nivel del colegio.
“La beca curatorial sirve para crear la práctica de lo que significa traer artistas de color a una institución”, informó Fernández. “Nosotros queremos enseñar a los que quieren aprender a trabajar en una comunidad en una forma más equitativa”.
Caminando por el museo, uno puede observar que cada pieza captura la atención de los visitantes, algunos comentando el significado histórico de ver piezas creadas por artistas de vecindades y experiencias familiares.
“Arte puede ser de lo nuestro, ser familiar, y todavía ser arte”, dijo el visitante de 68 años, James Bell, de Altadena, California. “No necesita ser esculturas clásicas de Romanos y griegos, puede ser lo familiar”, Bell comentó.
Para otros, la emoción de reconocer los lugares lleva memorias especiales.
“Para mí es la familiaridad de donde está nuestra raza y la belleza”, dijo la visitante de 66 años Raquel Mariscal, al ver que la pintura la recordaba de la casa de su hermana ya fallecida. “Eso para mí, me trae mucho orgullo y se siente como que estoy en casa”.
La experiencia familiar es central en el propósito de “El Cheech'', que sirve como una institución de arte que representa a los grupos marginalizados cuyos trabajos no son usualmente exhibidos en museos principales de los Estados Unidos.
“Nosotros somos conscientes que necesita haber un espacio para diálogo porque no hay un entendimiento profundo de lo que significa ser chicano'', dijo Fernández.
Reconociendo las disparidades generacionales que existen dentro de la comunidad chicana, “El Cheech'' espera juntar a todos los que se identifiquen igual.
“Queremos ser ese puente y que veas un destello de tu experiencia”, añadió Fernández.
Algo es cierto, es muy fácil quedarse horas viendo cada pieza y disfrutar de la belleza que es verse a sí mismo enmarcado en un retrato.
“Creo que esa validación aparejada con los recursos que uno puede encontrar en el museo puede crear el cambio que necesitamos ver'', dijo Fernández.
Las exhibiciones inaugurales de “El Cheech” estarán en exhibición al público hasta mediados del año 2023.