Platos vibrantes, futuros saludables

Las pautas de alimentación del sitio web MyPlate se utilizan como referencia dentro del programa ¡Come, Juega, Anda! del Centro para la Salud, Evaluación y Capacitación en Liderazgo de la comunidad latina de la Universidad Estatal de California, Long Beach. Crédito gráfico por MyPlate.Gov

Una pequeña taza y un plato etiquetados con grupos de alimentos, divididos en cinco colores—azul, rojo, naranja, verde y morado—brillan desde el interior de la vitrina de cristal del pasillo que sube al Centro para la Salud de la Comunidad Latina, Evaluación y Capacitación en Liderazgo, Universidad Estatal de California en Long Beach.

Establecido en el 2005, el centro está comprometido a promover y apoyar la salud y el bienestar de la comunidad latina. A través de fondos de subvenciones gubernamentales y donantes privados, el centro puede implementar programas y estudios con la intención de aumentar el acceso a la educación sobre la salud e iniciativas que pueden tener un impacto útil, como el programa ¡Come, Juega, Anda!

“Una de las cosas en las que hacemos más hincapié en el programa en términos de nutrición es la directriz MiPlato”, dijo Daniel Pérez, investigador en prácticas del estudio ¡Come, Juega, Anda! “Hay pautas muy específicas para niños de 10 a 13 años, el cual es nuestro enfoque principal dentro del estudio”. 

Basado en las secciones de alimentos de MiPlato: las frutas aparecen en rojo, los vegetales en verde, los granos en naranja, la proteína en morado y los lácteos en azul. Introducido en el 2020, el objetivo de ¡Come, Juega, Anda! es abordar la prevalencia del sobrepeso y la obesidad entre los jóvenes latinos.

"Los niños latinos de entre 10 y 13 años tienen el mayor riesgo entre cualquier otro grupo demográfico de ser diagnosticados con obesidad, diabetes tipo 2, y específicamente hipertensión", asegura Pérez.

El estudio del programa también se centra en ayudar a las familias y jóvenes latinos en el área de Long Beach a mejorar sus conocimientos sobre nutrición y hábitos alimenticios para llevar un estilo de vida más saludable. 

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la prevalencia de la obesidad entre niños de 2 a 19 años fue más alta en niños hispanos, alcanzando el 26.2%.

El programa de estudios se implementa utilizando investigaciones sobre prevención de la obesidad, actividades de intervención y sesiones de refuerzo. Por lo general, el equipo recluta participantes para el estudio mediante actividades de divulgación que consisten en participar en actos municipales y comunitarios, la llamada puerta a puerta y la asistencia a salidas recreativas. 

“Parte de la investigación consiste en recopilar datos de las familias que participan”, comentó Patricia Trinidad, gerente del programa para el estudio ¡Come, Juega, Anda! “Uno de los principales resultados que se observan al realizar investigaciones sobre obesidad es el IMC. Medimos el IMC antes de que entren al programa, después que lo finalizan, y luego tres meses después”.

Antes de recopilar datos, se realiza una preevaluación y una encuesta para obtener una comprensión clara del conocimiento de los participantes sobre nutrición y actividades físicas. Luego, se utiliza un acelerómetro para rastrear patrones de sueño y niveles de actividad física.

Después de una semana, se llevan a cabo cuatro clases y sesiones de educación en salud, seguidas de una fase posterior en la que los participantes revisan las enseñanzas. En la última sesión, se les pide a los participantes que establezcan una meta alcanzable y luego se reúnan al cabo de cuatro semanas de una llamada de refuerzo programada. 

“Les damos razones muy específicas sobre por qué las metas son importantes, y luego hablamos específicamente sobre nutrición. Reforzamos el aprendizaje y vemos qué información retuvieron”, mencionó Pérez. 

“Un mes después, completamos la segunda llamada de refuerzo y el punto final de evaluación es lo que llamamos un seguimiento de tres meses. Les administramos encuestas y un acelerómetro, el cual utilizarán por una semana para evaluar sus niveles de actividad física y sus patrones de sueño”.

Una vez que se complete el estudio, el equipo podrá redactar un informe sobre su efectividad en abordar la obesidad en los jóvenes latinos y posteriormente, difundir los resultados a la comunidad y a los colaboradores. 

“Al hablar con los niños pequeños, he notado que se sienten con más energía o más capacitados para cuidar realmente de su salud. Creo que cuando eres joven no sabes lo que significa cuidar de tu salud”, afirma Nancy Tovar, pasante de recolección de datos para el programa de estudio ¡Come, Juega, Anda!

 “Así que, a través de las clases que les impartimos, ofrecemos información que podemos compartirle a los padres. Muchos de ellos han comenzado a abrirse a este nuevo mundo de la salud que desconocían, sobre todo porque las escuelas públicas en ocasiones no creen que sea importante cubrir ese tipo de material a una temprana edad”.

Para aquellos que no pueden participar en el estudio, el equipo anima a las personas a mantener una rutina de ejercicio constante y a visitar el sitio web de MiPlato proporcionado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos para obtener más información sobre cómo medir las porciones de los alimentos, cómo leer las etiquetas nutricionales y descubrir recursos gratuitos. 

“Si estás buscando hacer un cambio, quizás animes a tu familia a hacer ese mismo cambio”, dijo Pérez. “En última instancia, estamos aquí para apoyarlos y verlos crecer para vivir vidas significativas, impactantes y saludables”.

Editado por: Claudia Ramírez

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