Por qué muchos milenarios no quieren tener hijos

Un padre sosteniendo la mano de un recién nacido. Foto de Aditya Romansa en Unsplash.

Un padre sosteniendo la mano de un recién nacido. Foto de Aditya Romansa en Unsplash.

Hace poco escuché en las noticias que cada vez somos más los milenarios que no queremos tener hijos. Creo que todos los milenarios (nacidos entre 1981 y 1996)  han sido víctimas de preguntas incómodas en alguna reunión familiar. Mis favoritas son: ¿Y el novio mija?, ¿No quieres formar una familia?, “Se te está yendo el tren”, entre otras. 

Es por eso que ya se me hizo normal escuchar la frase, “los jóvenes de ahora”. Los adultos que nacieron a mediados de los 50s y en la década de los 60s les sorprende la idea de vivir en pareja sin estar casados o simplemente estar en pareja y no tener hijos. No comprenden que una mujer prefiera superarse académica o laboralmente por encima de tener una pareja o hijos. Es como si ya no siguiéramos el ciclo de vida que nos dicta la sociedad: nacer, crecer, reproducirse y morir.  Ya no buscamos “complacer” a nuestras abuelas o madres cuando nos piden un nieto.

Según El Centro de Investigación Pew, los milenarios tienen menos probabilidades de vivir con una familia propia que las generaciones anteriores ya que tres de cada diez milenarios viven con un cónyuge e hijo en comparación del 40% de la generación X (nacidos entre 1961 y 1981) en la misma etapa de la vida. 

La verdad es que pensamos diferente porque el mundo en el que vivimos ahora es diferente. Por eso es importante detallar las razones por las que algunos milenarios no queremos tener hijos.

La desigualdad de ingresos en el mundo que vivimos ahora es real y devastador para muchos de nosotros. Mi compañero de trabajo y su esposa (ambos milenarios) son graduados de la Universidad de Santa Bárbara y recientemente se hicieron padres. Ambos trabajan de tiempo completo en corporaciones y generan un ingreso que les da para pagar la renta, dos carros entre otros pagos. Sin embargo, desde que le dieron la bienvenida a su nuevo bebé, mi compañero no ha parado de quejarse de lo costoso que es criar un hijo.

Casi me da un infarto al enterarme que el costo promedio de cuidado infantil en California es de casi $1.000 al mes, la misma cantidad del pago de mi renta a pesar de vivir con tres compañeros de casa.

En California, el costo de vivienda es muy alto, aún teniendo un salario de tiempo completo. Tener un hijo limita las posibilidades económicas de mejorar nuestra vida. Alguien que tenga un trabajo de salario mínimo necesitaría tener un trabajo de tiempo completo durante aproximadamente 30 semanas para pagar los costos de los centros de cuidado infantil de un solo bebé. Y eso sin contar los costos de colegiatura del bebe hasta que cumpla los 18 años.

Adicionalmente, los cambios climáticos en el mundo no son ideales. De acuerdo a la Organización Meteorológica Mundial, durante 2015-2019, se observó un incremento continuo de los niveles de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases de efecto invernadero en la atmósfera superior a la de los cinco años anteriores confirmando una tendencia al calentamiento en el futuro.

Siempre he sido una persona que se preocupa por el medio ambiente y los animales por lo que ver las adversidades en el mundo a causa de la sobrepoblación me genera angustia. Me importa mucho la naturaleza y no quiero depender de futuras generaciones para protegerla. Yo quiero ser parte de la solución; lo yo tengo que ofrecer al mundo no vendrá a través de mis hijos, vendrá a través de mí.

Finalmente, otra razón es simplemente por libertad. Con o sin pareja, viajar es uno de mis mayores placeres. Mis amigos milenarios que están en pareja sin hijos me han asegurado que son más felices viajando que criando un hijo.

Los milenarios damos más valor a las experiencias sobre las posesiones materiales y gastamos más en viajes que cualquier otra generación. Según un estudio realizado por la Protección de viaje de Berkshire Hathaway, alrededor del 45% de los milenarios que ganan más de $70.000 al año gastan más de $5.000 al año en viajes, lo que los convierte en uno de los grupos que más gastan y más viajan de todos. También descubrieron que si los milenarios tuvieran más ingresos disponibles, gastarán aún más en viajes.

Tomando en cuenta estas consideraciones, las otras generaciones no nos deben cuestionarnos por no querer hijos propios.





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