Llevando la cultura al campo

Marissa Garcia, defensora del equipo de fútbol femenino de CSULB. Foto por Emily Urias

El equipo de fútbol femenino de la Universidad Estatal de Long Beach es una fuerza a tener en cuenta, actualmente ocupa el tercer lugar en la “Big West Conference” (Gran Oeste, equipo de fútbol). Ese equipo, según el entrenador Mauricio Ingrassia, está compuesto por aproximadamente una cuarta parte de latinas.  

Ingrassia ha sido el entrenador del equipo de fútbol femenino de “The Beach” durante las últimas 26 temporadas y consiguió su victoria número 200 de su carrera para “The Beach” el 31 de  agosto con un marcador de 3-1 sobre Utah Valley.  

“Me fijo en los jugadores realmente buenos, me fijo en los laterales izquierdos y en los delanteros. Pero, obviamente, soy hispano (argentino), así que conozco la pasión del jugador hispano, y aquí en Estados Unidos se vive de otra manera”, afirmó Ingrassia.

Julie López, mediocampista de segundo año, jugó al fútbol en la selección nacional mexicana  sub-17 de la FIFA y en la Copa Mundial Sub-17 del 2022. El fútbol era una gran parte de ella, ya  que su familia jugaba al fútbol, especialmente sus hermanos.  

A pesar de la relación de su familia con el fútbol, su padre no creía que ella quisiera jugar, así que López dio el paso y empezó a jugar en la escuela primaria. A partir de ahí siguió jugando, lo que la llevó a representar a México en la selección nacional sub-17.

“Es irreal, un honor y una bendición todo lo que mis padres y yo hemos sacrificado”, expresó López. “Estoy muy orgullosa de ello y es algo que no puedo explicar. Sólo estar allí y tener fans y ver a tanta gente apoyándome es algo que nunca hubiera imaginado y sólo estar allí y representar más mi cultura, aprender más cosas y aprender sobre mi cultura incluso fue realmente importante”.  

De pequeña, López se enfrentó a estereotipos debido a su apariencia. Al vivir en una zona  predominantemente mexicana en el valle, los chicos con los que creció jugando al fútbol le decían que no era mexicana y la llamaban blanca, lo que afectó negativamente su percepción de sí  misma.  

A pesar de lo que la gente decía cuando era más joven, López representa con orgullo su herencia en el campo. De manera similar, para Marissa García, estudiante de posgrado y defensa, es un honor representar su herencia. 

“Se requiere de mucho trabajo, dedicación y sacrificio y me siento bendecida y agradecida de  poder hacerlo dentro y fuera del campo, ya sea en los juegos, los entrenamientos o en el aula”,  comentó García, quien está en su primera temporada con “The Beach”. “Creo que poder tener ese  sentido de comunidad y herencia es algo de lo que estoy realmente orgullosa”. 

Los hermanos mayores de García fueron su inspiración para jugar al fútbol, ya que ella y el mayor de sus hermanos tienen edades cercanas y siempre han jugado juntos. Los lazos familiares han influido en cada una de las carreras futbolísticas de las jugadoras, y para Amanda Pérez, delantera junior, fueron sus padres más que sus hermanos.

“Mis padres son para mí, grandes modelos a seguir”, asegura Pérez. “Puede que no hayan jugado en  la universidad, pero me demuestran día tras día que tener pasión, empuje y motivación puede  llevarte desde lo más bajo hasta la cima, y eso es algo que llevo conmigo. A donde sea que vaya”. 

Pérez era una niña enérgica, por lo que sus padres la inscribieron en varios deportes, pero nada le quedó tan bien como el fútbol. Además de jugar al fútbol para el departamento de atletismo de la Universidad Estatal de Long Beach, LBSU (por sus siglas en inglés), Pérez también entrena a atletas a nivel juvenil.  

“Creo que es muy importante, incluso cuando las chicas salen a los juegos, mostrarles que hay  mujeres fuertes que son parte de la comunidad hispana jugando a altos niveles lo cual demuestra  que ellas también pueden hacerlo”, comentó Pérez.  

Editado por: Claudia Ramirez

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