Lo Logró: Cómo Julieta Meillón Construyó Una Comunidad Través de la Belleza 

Julieta Meillón aplica meticulosamente los toques finales a las uñas de una clienta en su estudio privado en Downey, California. Como técnica de uñas dedicada, Meillón se enorgullece de crear diseños complejos y brindar un servicio de calidad a sus clientes. Foto por: Emily Urias

Julieta Meillón redefine lo que significa ser una emprendedora latina en la industria de belleza. Solo con 23 años, ha transformado su pasión por el arte de las uñas en una carrera, construyendo una clientela fiel y una fuerte presencia en redes sociales. Pero, su camino va más allá de perfeccionar diseños intrincados: se trata de alcanzar el éxito por cuenta propia como mujer indocumentada en Estados Unidos.

En un panorama donde las emprendedoras latinas lanzan negocios a casi el doble que cualquier otro grupo demográfico, la historia de Meillón forma parte de un movimiento más amplio de latinas que están abriéndose paso en la industria de belleza.

Originalmente de Mexicali, México, Meillón emigró a los Estados Unidos con su familia cuando tenía solo seis años. Al crecer, rápidamente se dio cuenta de las limitaciones impuestas por su estatus migratorio.

“Obviamente, no puedo conseguir un trabajo normal que requiera un número de Seguro Social”, explicó Meillón. “Así que siento que de alguna manera me —no empujó, pero sí me guió— a hacer algo creativo, a trabajar independientemente. Fue difícil, pero me llevó por el camino más complicado al empezar mi propio negocio”.

Meillón tiene su sede en Downey, California donde obtuvo su licencia de belleza a pesar de su estatus indocumentado.

“California fue uno de los primeros estados en permitir que las personas indocumentadas obtuvieran licencias”, dijo Meillón. “Pude registrarme con mi ITIN [un número de identificación del contribuyente, según sus letras en inglés], pero la mayoría de las escuelas piden un número de Seguro Social. Creo que mi escuela fue de las primeras en el sur de California en permitirlo, lo cual fue enorme”.

Julieta Meillón aplica meticulosamente los toques finales a las uñas de una clienta en su estudio privado en Downey, California. Como técnica de uñas dedicada, Meillón se enorgullece de crear diseños complejos y brindar un servicio de calidad a sus clientes. Foto Por: Emily Urias

Este cambio en la política refleja un esfuerzo más amplio para hacer que las industrias profesionales sean más accesibles para las comunidades inmigrantes, abriendo puertas para que emprendedoras latinas como Meillón establezcan sus carreras de manera legal y prosperen en sus oficios.

¿Su profesión? Las uñas. Lo que comenzó como un pasatiempo —pintando las uñas de sus amigas y practicando diseños intrincados— se convirtió en una carrera. Cuando decidió tomarse en serio el convertirse en técnica de uñas en 2021, tomó un enfoque poco convencional: ofrecer diseños complejos y llamativos por solo $30.

“Básicamente, estaba trabajando gratis, pero eso trajo gente”, dijo Meillón.

Ahora, el negocio de Meillón está en auge y atribuye su éxito a la comunidad latina local. Es una firme defensora de encontrar comunidad en una industria que a menudo puede sentirse aislante para las personas creativas.

“Es importante encontrar personas que entiendan tus luchas", compartió Meillón. “Mi escuela de belleza, que se llamaba Cosmética Latina, estaba llena de otras latinas con sueños similares. Cuando eres latina, te sientes cómoda con otras latinas”.

“Es lindo entrar y ver a todos, clientas y técnicas, pasándola bien”, dijo Kat Nuñez, de 22 años, quien ha sido clienta de Meillón por dos años. “Sabía que íbamos a conectar y me quedé con ella porque lo hicimos”.

La experiencia de Meillón refleja una tendencia de jóvenes emprendedoras latinas incursionando en oficios creativos como empoderamiento económico. En una industria donde el autoempleo puede ofrecer más oportunidades que las estructuras laborales tradicionales, las latinas están formando redes que se apoyan tanto profesional como socialmente.

De hecho, los inmigrantes latinos están iniciando negocios dos veces más que el resto de la población general de Estados Unidos, según un análisis del Censo de los Estados Unidos por la UCLA. Las redes sociales han desempeñado un papel clave en esto, permitiendo que profesionales latinas de belleza se apoyen mutuamente de maneras antes no posibles.

“Las redes sociales lo son todo”, dijo Meillón. “Es cómo mostramos nuestro trabajo, encontramos inspiración y nos apoyamos unas a otras como empresarias”.

Este sentido de éxito colectivo alimenta la pasión de Meillón —no solo por las uñas, sino por la comunidad que ha construido en el camino. Como técnica de uñas independiente, Meillón ha enfrentado muchos desafíos.

“Nadie me dice qué hacer ni cómo hacer nada, así que yo manejo todo: redes sociales, agenda, incluso los impuestos,” dijo Meillón. “El IRS no me está quitando dinero automáticamente de mi cheque como a los demás —¡ni siquiera tengo un cheque de pago! Simplemente me las arreglo sola”.

Meillón es más que una artista de uñas talentosa: es la prueba de que el éxito es posible en tus propios términos.

A través de la creatividad y un fuerte sentido de comunidad, está construyendo un legado, una manicura meticulosamente diseñada a la vez. Al hacerlo, está abriendo el camino para que más latinas ingresen a la industria de belleza, demostrando que hay poder en la representación y fortaleza en la comunidad.

“Siento que todos en mi círculo conocen y van con Julieta”, dijo Ellyse Ramírez, de 21 años, amiga de Kat Nuñez y nueva clienta de Meillón. “Ella nos entiende a todas —nos escucha, es creativa y se preocupa por nosotras”.

Traducido por Miguel Nicolás

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